jueves, 13 de enero de 2011

Niebla



En mañanitas de plata y niebla, con los fumadores echados a la calle por ley, cuando comienza a andar el nuevo año, con las subidas de la luz y el gas minándonos la cartera y el ánimo pagadero. 

En estas mañanas, abrigado de bufanda y guantes, con el rostro frío, uno se pregunta acerca de la posible transcendencia de todo cuanto vivimos, de todas las informaciones que los medios despliegan cada día en torno nuestro y que va a quedar de ellas en los libros de texto de nuestros hijos.

La Historia es caprichosa, veloz, ruin, mala pagadora. Premia a mediocres con la posteridad, relega al olvido a gente que fue válida. Dicen que la Historia la escriben los vencedores, algo de cierto debe haber en ello, se debe haber vencido en cierto modo, ocupar una posición social cumbre, para  poder escribir la Historia o decidir cual va a ser su versión oficial al menos por un tiempo.

Nosotros los desheredados de la Historia nos veremos hundidos en sus ciénagas, o velados tras de sus telones, y tal vez sólo la casualidad nos haga salir de entre sus nieblas para acabar caminando en sus tardes de sol y paseo




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