martes, 14 de diciembre de 2010

Morente

Amanece tendida sobre Badajoz la niebla hálito de plata del río; amanece el día con una luz blanca y líquida, tristona; amanece la ciudad con penachos de algodón flotando entre sus edificios como si algo pudiera romperse. Ayer murío en Madrid el granadino Enrique Morente, quizás por eso el día sea tan frágil.

"El ronco del Albaicín" como a él le gustaba que lo llamasen se nos ha ido, ya no resonará más su voz de agua clara cantando algo que se parece al flamenco pero que no lo es, aunque tenga su esencia, aunque suene dentro de sus palos, aunque su entonación suene a flamenco. Enrique no cantaba flamenco, o no cantaba sólo flamenco, cantaba su alma en cada cante, él que huía del purismo y que se atrevía a hacer su cante al compás de las guitarras de Sonic Youth, o de sus paisanos los también granadinos Los planetas, él,Morente, alma pura de niño.

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